viernes, 11 de marzo de 2011

Un estudiante reprodujo el espejo de Arquímedes

El filósofo y matemático griego Arquímedes, el mismo que se hizo famoso al gritar “Eureka!” murió a manos de un soldado romano durante el sitio de Siracusa, en Sicilia. El historiador Luciano de Samósata escribió, algunos siglos más tarde, que Arquímedes vendió caro su pellejo. Mediante un conjunto de espejos apuntados en un mismo objetivo, alcanzó a incendiar varios barcos romanos a centenares de metros de distancia.
Esa leyenda, conocida como El Rayo Mortal de Arquímedes, ha sido tachada de irreal en más de una ocasión. Primero, porque Luciano de Samósata tenía una mezcla conceptual entre la fantasía y la realidad. En sus crónicas se cita como hecho verídico a Perseo rescatando a Andrómeda a lomos del pegaso asi que no necesariamente hay que darle crédito. Adicionalmente, los experimentos hechos en los últimos años demuestran que es posible provocar un incendio pero sólo si el objetivo se queda quieto por unos 10 minutos.

Sin embargo, este último concepto, fue desmentido por un estudiante de 19 años que construyó, con materiales caseros, una réplica en miniatura capaz de derretir el concreto.
La hazaña la realizó Eric Jacqmain, quien se dio el trabajo de pegar 5800 espejos de un 1cm2 en una antena para TV satelital en desuso. Como resultado, los objetos ubicados en su distancia focal se queman, vaporizan o incineran casi instantáneamente.










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